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¿Qué significa ser une bruje?

Actualizado: 27 nov 2023


Hola mis wiccurioses! Estoy muy feliz de que mi primer entrada en español a este blog sea sobre este tema que es tan simple pero que nos interpela tanto a todes.


A lo largo de mis muchos años de práctica de la brujería, he llegado a desarrollar mis propias nociones sobre lo que significa ser bruje y debo mencionar que ponerme la tarea de resumir la complejidad de nuestro papel en una breve explicación no es un pequeño esfuerzo.


Ser une bruje tiene tantas ramificaciones que tendré que dividir este artículo en muchas áreas para poder cubrirlas todas.


Veo nuestro papel como relevantemente activo en muchos niveles de la actualidad, por lo que tiene un significado profundo y vasto en las áreas que detallaré a continuación.



El nivel individual

¿Qué hace que une bruje sea une bruje? Eso podría mercer ser el título de una entrada de blog nueva, pero para abreviar la respuesta, lo que hace que une bruje sea une bruje para mí tiene que ver con ciertas características básicas.


En primer lugar, algo que siempre encontrarás en une bruje es poder; poder cresciente, indomable y sin complejos; el tipo de poder que llena al deseo de libertad y posibilidades; el tipo de poder que expande tus pulmones como una brisa de verano. Ningune bruje puede llevar este título con orgullo hasta que acepte que le gusta el poder y construya su práctica mágika con él.


Otra característica intrínseca de le bruje es su intuición. Ninguna práctica mágika es posible sin una conexión a un reino que exceda la conciencia o la velocidad de la lógica. La intuición es tan vital para une bruje que ninguna práctica está completa sin ella. La intuición es un diálogo con lo inefable y con reinos que van más allá de lo mundano.


Finalmente, a nivel individual, lo que hace a une bruje ser bruje es cultivar la profunda conciencia de que la Naturaleza es divina y está tanto dentro como fuera de nosotres y que nuestro llamado siempre viene de Ella, Ella, que nos nutre a todes, la Madre Naturaleza.


Es por eso que lo que significa ser une bruje en un nivel individual es aceptar que queremos y encarnanamos el poder, la intuición y la Naturaleza misma.


El nivel de sacerdotiza

Ser bruje no es sólo guiar, sino también enseñar y empoderar a otres para que se conviertan en brujes. Al mismo tiempo, es no abandonar nunca el papel de estudiante, y eso significa aceptar con responsabilidad y madurez nuestra propia ignorancia para que el ego no se interponga en el camino de volvernos más sabios: ya que, al fin y al cabo, en la antigüedad, la palabra wica significaba "persona sabia".


Es reconocer cómo la Naturaleza corre por vuestras venas con su poder destructivo y regenerador.


Es entender que la comunicación no siempre es verbal y está presente en todo, ya que estamos en constante comunicación con el Cosmos.


Es pensar no sólo en un nivel fáctico sino también en un nivel simbólico para encontrar significados siempre presentes y primordiales ocultos a simple vista.

El nivel político

En un aspecto político, nuestro papel tampoco es menor. Ser bruje es construir un pilar espiritual para apoyar la restauración de un equilibrio entre las fuerzas femeninas y masculinas dentro de la sociedad y el colectivo. Por lo tanto, es defender y participar en el movimiento feminista, el movimiento LGBTQ+ y cualquier otro movimiento que, debido a la opresión, no tenga el espacio para explorar y afirmar su propio poder y derecho a existir.


Nosotres, les brujes, les marginades, les paganes, nacimos para equilibrar mágika y espiritualmente la dominación y el control que las fuerzas dominantes han puesto como grilletes sobre nuestra conexión con la Naturaleza, nuestro derecho a elegir y nuestro derecho a ser escuchades; y porque históricamente les brujes han tenido un papel muy importante apoyando a otras mujeres como comadronas y herbolarias; ser bruje significa también ayudar a las mujeres a empoderarse para convertirse en dueñas de sus cuerpas y deseos.


Entonces, no hay posibilidad de brujería sin rebelión, porque no hay posibilidad de verdadera magia sin desafío a la realidad.


El gran esquema

Casi nadie mejor que les brujes saben cómo el equilibrio adquiere una relevancia irremplazable en la gran escala del Cosmos.


Hace muchos milenios, la raza humana tenía un enfoque mágiko de la realidad. En ese momento, nada era imposible, y aunque estábamos más a merced del miedo y la ignorancia, también estábamos a un paso de las maravillas. Esos años ahora sólo nos parecen una fantasía, la realidad es que desde entonces ganamos mucho pero también perdimos un montón.


En estos tiempos existe una revalidad dialéctica constante entre la racionalidad y la magia. Es la misma batalla que pone a los aspectos masculino y femenino de la humanidad como rivales y también a los aspectos lógicos y sensibles.


No creo que esta pugna sea necesaria y, sin embargo, está ahí. En realidad, ambos aspectos se necesitan mutuamente. Necesitamos nuestros sentidos, los físicos, el psíquico, el imaginativo, para lanzarnos a lo desconocido, a lo “imposible”, al inconsciente y traer más fenómenos y agua al molino de la vida, y necesitamos que la ciencia lo explique, que lo ilustre, que lo lleve al lado consciente, no que sea un guardián y que determine qué es real y qué no, y sin embargo, este es el papel que la ciencia se ha asignado estos últimos siglos.


Esta batalla no va a parar hasta que nosotres la detengamos, y para ello no solo tenemos que tener muy claro qué espacio y papel corresponde a cada lado, sino que también necesitamos reapropiarnos del poder que el la hiper racionalización de la realidad le ha quitado a la magia.


Un mundo con solo magia y sin ciencia puede ser muy caótico muy aterrador, pero un mundo donde la ciencia controla la narrativa es un mundo condenado a la autodestrucción porque la sobresaturación de la tecnología nunca producirá saltos cualitativos o existenciales que nos lleven más allá de eso.


Entonces, la magia tiene que explorar y la ciencia tiene que explicar, y esta última no tiene que determinar qué merece ser explicado y qué no. Nosotres, les brujes, les sacerdotises, les Wiccanes, comprendemos la importancia de alcanzar este equilibrio de poder, y cómo su restauración puee llevar a la humanidad un paso más allá en la conciencia de nuestra unión con el Universo; así que somos nosotres quienes tenemos la llave para desbloquear este equilibrio, ya que no estamos limitados ni atados por ciencia o magia y, sin embargo, entendemos el poder de ambos y hacemos uso de ellos.


El legado

Por lo tanto, ser bruje para mí es dejar un hermoso legado al mundo. Es expresar con acciones y en voz alta que la mujer y la materia tienen tanta conexión con lo Divino como los hombres y lo inmaterial, que hay un principio de sororidad que nos une tanto como uno de hermandad, que no sólo lo que se percibe con los sentidos físicos es real, que el poder que tenemos no puede ser domesticado y que no tenemos miedo de luchar por lo que se nos debe nosotres y a la Naturaleza.



"Brujas yendo al Sabbat" por Luis Ricardo Falero

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