Brujería Astra-Terrestre
- Galaiope
- 14 oct 2024
- 8 Min. de lectura

Hola Wiccuriores y Brujinautas, hace mucho que no hablamos. Tengo novedades (y novedades importantes) para contarles!
Primero que nada, les cuento que me mudé de nuevo a Buenos Aires. Parte de mi transición a Gualicha implicó sincerarme con muchas cosas, una de ellas es que estaba perdida. Por mucho tiempo la Wicca fue mi principal horizonte y cuando decidí dejar el aquelarre me costó bastante entender dónde mi alma estaba apuntando para continuar mi camino, pero sabía que tenía que ser un camino que expresáse en el afuera lo que llevo en el adentro, por eso tuve que hacer mucha introspección para empezar a moverme de nuevo, y lo encontré fue fascinante.
Descubrí que muchas cosas que yo creía que estaban fijas en mí, como mi lugar de pertenencia, mis prioridades e incluso mi identidad estética, habían cambiado. Ya no sentía que Inglaterra era el lugar en el que tenía que estar porque el tipo de magia que me interesa practicar no es una magia inglesa -la Wicca puede tener principios antropológicos pero sigue siendo muy tradicionalmente inglesa- y que necesito conectar con mis raíces y encontrar respuesta en ellas. Por supuesto nada dice raíces para mí como mi tierra y empecé a entender que el resto de mi camino mágico iba por ahí. Por eso, y después de cuestionarme mucho, me di cuenta que incluso si era difícil (y creanme, la realidad argentina está difícil) había llegado la hora de volver.
Una pequeña aclaración final sobre este tema que quiero hacer es que no tengo nada más que agradecimiento hacia Inglaterra por el tiempo compartido durante esta experiencia. La mayoría de la gente que conocí (bueno, como el 70%) fue extraordinariamente amorosa, entretenidamente kinky y relajada, y con una hospitalidad que me hizo sentir realmente en casa; además la naturaleza allí es de las más exuberantes y profundamente mágicas que he conocido. Mi regreso no tiene ninguna relación con mi vivencia allí, por el contrario, estoy dejando grandes amigos, un buen laburo, la posibilidad próxima a una residencia permanente, y una estabilidad y prosperidad de la cual me fue muy dificultoso desapegarme, but you know the heart wants what the heart wants.
Pasemos a un tema más ligero pero igualmente valioso: también noté que mis gustos estéticos estaban cambiando, mientras que siempre me identifiqué más con el dark academia, steampunk y los aspectos arquitectónicos y literarios góticos, últimamente me sentía más inclinada a una modernización de mi identidad. ¿Por qué esto es relevante? Se preguntarán. En el libro “La carga de la Diosa”, Doreen Valiente escribe un poema que dice:
“Let my worship be within the heart that rejoices,
for behold, all acts of love and pleasure are my rituals.”
cuya traducción sería: “Dejen que mi adoración sea dentro de los corazones que se regocijan, y verán que todo acto de amor y placer es un ritual mío”. Este poema está compuesto por las palabras que Doreen canalizó de la Diosa, y a pesar de que algunes de ustedes puedan encontrarse escépticos ante esas palabras, para mí tienen un profundo valor. No deberíamos tomar el amor y el placer por sentado en un mundo tan cruel y despiadado como el que la actualidad nos muestra. Para mi todo acto de belleza que cultivo es una ofrenda a la Divinidad Femenina y para nada un acto vacío de superficialidad. La búsqueda del propio sentido de belleza es la búsqueda de la identidad y el placer identitario y en ella encuentro certezas que pulsan conexiones de otros planos existenciales no tan evidentes o burdos. Por eso que la forma en la que estéticamente quiero ponerme en el mundo haya cambiado (y digo ponerme en el mundo porque sigo amando la estética gótica y dark academia, pero siento que ha quedado en un espectro más personal e íntimo) no fue una observación irrelevante dentro de mí sino también el indicativo de que hay un pedido dentro mio de conectarme con el afuera de manera distinta. Por el momento, aún lo estoy explorando, no sé a dónde me llevará.
Y para finalizar esta introducción al verdadero tema de esta entrada, como les comenté arriba y en mi entrada anterior, también hubo un cambio profundo en mis prioridades. Mientras que antes fluía con mayor aceptación hacia la cualidad imperativamente individualista de la magia en estos tiempos que corren, me di cuenta que esa forma de hacer magia no me identificaba en lo absoluto y que si quería escuchar mi camino también debía prestarle atención a esto mismo. Desde muy chica supe que yo no puedo no tener una mirada del mundo mágica, es parte de quien soy a un nivel tan fundamental como mi cuerpo, por lo tanto hasta lo político tiene implicaciones mágicas para mí, y entonces, mi activismo tiene que ser mágico también.
Hace un mes y un día que estoy en Argentina, y si bien la incertidumbre es tan grande que me da un poco de miedo, de a poco muchas de las respuestas que esperaba encontrar acá están empezando a formularse.
La principal pregunta que tenía es ¿qué clase de magia quiero hacer? Pensé mucho en los pueblos originarios mi último tiempo en Europa y en la importancia de honrar caminos sin expropiarlos, y si tengo que ser sincera, aprender rituales aborígenes se sentiría un poco una expropiación para mí (ojo, para mi, estoy haciendo un acto de sinceridad no de juicio hacia les demás), mi identidad tiene mucho de europeo, porque crecí en una sociedad eurocéntrica y mi sentido espiritual, estético y filosófico está muy atravesado por el Occidente.
Mi papá de chica me solía decir: “a mi me gusta Led Zeppelin pero yo no quiero que mis hijos estén colonizados mentalmente y sean unos cipayos, ya es tarde para mí porque me gusta lo que me gusta, pero salvense ustedes, escuchen rock nacional”. A pesar de que esa anécdota me causa mucha gracia, tiene un punto: nos gusta lo que nos gusta y nos identifica lo que nos identifica, y si bien los gustos se pueden expandir, dificilmente la identidad se puede cambiar por voluntad mental, hay algo sobre el ser que esta profundamente relacionado con la conexión erótica del mundo (por erótico me refiero a todo aquello que nos causa placer) y eso se puede forzar pero no cambiarse a voluntad (por ejemplo las personas que reprimen su sexualidad, digamos que estan forzando algo pero no es una vida muy linda de transitar). Por supuesto que gracias a la frase de mi viejo escuche mucho rock nacional (pero también Led Zeppelin) a temprana edad y es parte de mi identidad, lo cual agradezco mucho, pero es importante entender que nuestras vivencias primarias constituyen gran parte de nuestra identidad de manera indeleble. Por eso mismo, aceptar quien uno es, entendiendo las implicaciones políticas que tienen (ya sea porque uno se encuentre de uno u otro lado del espectro privilegiado-víctima en distintos aspectos de su vida) abre la puerta a poder encarnar su identidad con más responsabilidad.
Yo soy una mujer (lo cual me pone del lado del espectro más de victima de esta sociedad), pero soy visualmente europea (así que en ese espectro soy privilegiada en esta sociedad de mierda), tengo una excelente educación (de nuevo, privilegio) y soy bruja (hemos sido más víctimas que privilegiadas en eso, digamos la verdad). Soy una amalgama compleja, como todes, y en algunas cosas me toca luchar por expandir y compartir esos privilegios, y en otras cosas me toca luchar por reclamarlos, como todes, pero no todes en las mismas áreas en nuestra vida.
Por todo esto quería hallar un tipo de magia que pudiese tener que ver con mi tierra pero también con el mundo entero. Ritualizar con deidades, como es el caso de la Wicca, tiende a poner más en evidencia la cultura con la que une se identifica y, a pesar de que sigo teniendo una relación hermosa con mis Diosas a nivel personal, no siento que ese tipo de magia sea la que el mundo necesita en este momento.
Estuve revisitando mucha la alquimia últimamente, de hecho en el próximo podcast de “Rebelión bruje!” voy a estar hablando bastante de la alquimia y su relación con la naturaleza y la ecología. Todo este proceso me llevó a entender algo que siempre supe pero sobre lo que me faltaba profundizar y es que para mí TODO es Naturaleza y la Naturaleza es mi deidad máxima. La Naturaleza abarca la tierra pero también el espacio. La Naturaleza es sensible y lógica por lo tanto abarca un aspecto femenino y uno masculino. La Naturaleza es la que crea todo lo que existe y por lo tanto es la Naturaleza a la que acudí para que me guiase. Así llegué hace un par de días a una serie de canalizaciones que me dieron una certeza necesaria para seguir caminando: el tipo de brujería que yo necesito seguir tiene que abarcar el arriba y el abajo, lo astrológico y lo terrestre, porque uno no es uno sin el otro y la práctica se tiene que llamar Brujería Astra-Terrestre (que ya sé, suena a extraterrestre, pero yo no pongo las reglas y además es extremadamente conveniente).
Tengo une amigue al que quiero mucho que tiene una forma de ver la espiritualidad muy similar a la mía, y una vez hablando sobre los escépticos de la astrología me dijo: “cuando la gente me dice que un planeta no puede tener influencia sobre una persona les respondo, ¿me estas cargando? La luna influencia las mareas y ¿me vas a decir que un planeta, UN PLANETA, que es millones de veces más grande que vos no va a tener un efecto en vos? Les humanes son tan arrogantes!” Y tiene razón. Hace mucho que estoy buscando practicas espirituales sagradas pero seculares a los sistemas teístas del mundo, ya que me parece más importante en estos tiempos poner el foco en el poder humano y su capacidad de acción más que en pedirle a un Dios que solucione todos nuestros problemas. Y como dije anteriormente, eso sagrado lo encontré en la Naturaleza, ya que existe tanto afuera como adentro de une misme..
La Brujería Astra-Terrestre piensa a la tierra como el individuo y a la astrología como el colectivo. Nuestro planeta no es un planeta aislado, se encuentra inmerso en metasistemas que le afectan y a los que afecta, por lo tanto es una excelente forma de llevar correspondencias mágicas de lo macrocósmico a lo microcósmico. Dicho sea de paso, esto no se reduce a hacer agua de Luna cuando este cuerpo celeste se encuentra en un signo determinado, va más allá de ello. Tiene que ver con hacer una lectura completa de nuestro mapa astral y entender las correspondencias terrestres que tienen que estar presentes (hierbas, colores, materiales y por qué no, Diosas también si así lo desean) para decantar un resultado a través de un ritual.
De más está decir que esto implica que mi conocimiento de astrología y hierbas deberá profundizarse, pero este es siempre un paso inevitable en el camino mágico. Este tipo de brujería que me siento llamada a explorar me invita también a prestar especial atención a la naturaleza local, ya que no es lo mismo hacer un ritual con hierbas de otro continente que con las propias.
En la alquímia se dice que como es arriba, es abajo y este tipo de brujería se enfoca exactamente en eso. En mi próximo capítulo de “Rebelión bruje!” también voy a estar hablando de las connotaciones disociativas que tiene pensar al arriba y al abajo como elementos inconexos y desligados. Relacionar los aspectos macro y microcósmicos posibilita también integrar los aspectos de nuestro ser que se encuentran separados y disociados entre sí para poder entender y crear con mayor integridad el mundo que nos rodea y nuestra propia vida. El tiempo dirá cuán efectiva es. Seguiré compartiendo esta experimentación en mis redes sociales para mantenerlos al tanto.
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